La respuesta de ansiedad tiene como base el miedo normal, que es una reacción protectora del organismo, que nos prepara para responder más eficazmente a situaciones potencialmente peligrosas. La emoción de miedo es y ha sido muy útil para nosotros como especie (y según el momento vital) a lo largo de la historia para adaptarnos al entorno (por ej el miedo a los extraños en los niños, a la separación de figuras significativas…el miedo en un precipicio, a un vehículo a velocidad excesiva, a las serpientes…). Hablamos de ansiedad cuando esta respuesta se produce con una intensidad excesiva,donde otras personas no se sentirían asustadas… ya no resultan útiles para afrontarlo, y en cambio suponen un coste importante.

Los problemas de ansiedad más habituales en función de las clasificaciones más comúnmente utilizadas para agruparlos son:

 

trastorno-panico

Consiste en la experimentación repetida de crisis de angustia, también llamadas crisis de pánico o de ansiedad.  Sus síntomas más habituales son: taquicardia, sensación de ahogo, sudor, calor, mareo, boca seca, visión borrosa, hormigueos…Se producen repentinamente y aumentan rápidamente, por lo que resultan muy desconcertantes, y se asocian a temores graves como morirse, tener un infarto en ese mismo momento, perder el control, o desmayarse. Para algunas personas las crisis son el elemento más importante del problema (aparece también preocupación por que se repitan, conductas de huida cuando se producen, necesidad de llevar agua o pastillas consigo por si acaso…) Pero otras personas, desarrollan, además, agorafobia. La agorafobia es el temor a estar en determinados lugares en los que una persona puede pensar que si se pone nerviosa  no es posible salir de allí fácilmente o buscar ayuda. Por tanto, puede tratarse de lugares con aglomeración de gente (centros comerciales, conciertos…), espacios cerrados (ir en tren, en metro, garajes…)…pero también lugares donde en caso de sentirse ansioso no se encuentre fácilmente ayuda (por ejemplo pasear por el campo, pues no hay farmacia cerca, o estar solo en casa). Estos temores,  resultan muy limitantes, pues  se llegan a evitar situaciones cotidianas (no poder salir de casa, o hacer la cola del supermercado), empobreciendo mucho el estilo de vida.

TRATAMIENTO:
El tratamiento más indicado para abordar el Trastorno de Pánico con o sin agorafobia, es la Terapia Cognitivo-Conductual, que se ha descrito en términos generales en otro apartado con todas las especificaciones y particularidades para abordar esta problemática en concreto, y adaptadas a cada persona individual. Esta forma de tratamiento ha demostrado claramente su eficacia y se asocia a altas tasas de mejoría y de recuperación, como puede observarse en los metaanálisis de los estudios científicos del campo, así como en la guías de práctica clínica del SNS, basadas en la evidencia.

http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0005796714000849 http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0272735805001005

 

trastorno-ansiedadgeneralizada

La característica principal de este problema consiste en tener  preocupaciones sobre cuestiones de la vida cotidiana que resultan excesivas en el día a día, y que se asocian a elevada ansiedad.  La persona intenta controlarlas sin éxito, y apenas hay momentos para relajarse. Por ello, también aparecen síntomas fisiológicos de ansiedad de forma habitual, como sensación de ahogo, problemas para dormir, y dificultades de concentración… El tratamiento más indicado para abordar el Trastorno de Ansiedad Generalizada, es la Terapia Cognitivo-Conductual, que se ha descrito en términos generales en el apartado correspondiente.

http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0272735814000038 http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0272735805001005

TRATAMIENTO:
En concreto, para este problema se utilizan técnicas orientadas tanto a abordar las ansiedad fisiológica (como relajación muscular profunda), como los pensamientos de preocupación (solución de problemas, mindfulness…). Por otra parte, se trata de un problema psicológico en cuya base y mantenimiento pueden influir diversos factores que puede interesar abordar por añadidura, como dificultades en las relaciones personales, o en la identificación y contacto con determinadas emociones, sobre la cuales hacer un manejo más adaptativo… Las técnicas cognitivo-conductuales en diversas modalidades han demostrado su eficacia en el abordaje de este problema, tal como recoge la literatura científica y las Guías Clínicas del Sistema Nacional de Salud.

 

fobiaespecifica

Se llama fobia específica al temor intenso a determinadas situaciones o estímulos, como por ejemplo las alturas, los perros u otros animales, la oscuridad, a conducir… Cuando una persona desarrolla una fobia, siente un intenso miedo acompañado de síntomas de ansiedad ante ese estímulo o situación (o cuando lo anticipa). Por otra parte, dada la intensidad el temor y el malestar, las situaciones temidas se evitan o se resisten con gran tensión, pudiendo interferir en distintos grados en la vida cotidiana. Los niños experimentan diversos tipos de temores a lo largo de su desarrollo. Algunos son saludables y desaparecen solos, como el miedo a los extraños. Sin embargo otros pueden persistir y convertirse en un problema, interfiriendo en la vida del niño y de sus familias, y entonces se denominan fobias. Son comunes las fobias a la oscuridad, animales, seres imaginarios (monstruos…) o la fobia escolar. También la ansiedad de separación, que se manifiesta por intenso temor y reacciones desproporcionadas ante la separación (o la expectativa de ésta) de las principales personas con las que el niño está vinculado, normalmente los padres. La terapia por excelencia para las fobias específicas es la exposición gradual, que se beneficia también de trabajo cognitivo específico según el tipo de miedo, para facilitar su superación.

http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0272735808000639 http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0272735805001005

TRATAMIENTO:
El tratamiento en niños se rige por los mismos principios básicos que en el adulto, adaptándolo a las características propias del momento evolutivo. En frecuente por ejemplo, utilizar herramientas como el juego, los cuentos o la relajación para facilitar al niño la exposición. Es esencial la participación de los padres en el tratamiento, en tanto que pueden proporcionar el entorno de seguridad y afecto que el niño necesita para adquirir las habilidades que le permitan enfrentarse a sus temores de forma exitosa y así contribuir a un autoconcepto positivo.

 

fobiasocial

La mayoría de personas  experimentamos cierta ansiedad al enfrentarnos a situaciones ante las que quedamos expuestos al juicio de los demás, sin embargo se considera que existe una fobia social cuando la persona experimenta esta ansiedad con una frecuencia o intensidad desproporcionadas (generando gran malestar subjetivo), de tal modo que afecta negativamente a diferentes ámbitos de su vida, como por ejemplo el laboral. Las personas que la sufren sienten un intenso temor ante situaciones sociales, en las que temen hacer el ridículo, quedarse sin saber que decir, tener síntomas ansiosos y que se les note… y en base a ello, ser juzgados negativamente por los demás, o incluso recibir burlas. La fobia social presentarse de forma generalizada (ante gran variedad de situaciones, desde saludar a vecinos por la calle o almorzar y charlar con compañeros de trabajo, hasta comidas con familia extensa… ), o ante situaciones más específicas, como por ejemplo comer o hablar por teléfono delante de otras personas, hablar con figuras de autoridad o tener que hablar en público. Cuando la persona anticipa que se va a encontrar en este tipo de situaciones experimenta una intensa preocupación y ansiedad, y frecuentemente huye de ellas, o las evita, y si las afronta lo hace a costa de un gran malestar, e intentando participar lo mínimo posible. De este modo, las relaciones interpersonales, no llegan a producir los efectos positivos que pueden suponer en la vida, tan importantes para el bienestar personal, y suponen en cambio una fuente de angustia. La evitación, por otra parte, supone alivio temporal y da sensación de protección, al esquivar situaciones que se estiman tan  peligrosas para la autoestima. Por ello tiende a repetirse, generándose un círculo vicioso por el que el problema tiende a mantenerse. A lo largo del desarrollo, es habitual que los niños y adolescentes atraviesen periodos de timidez. Estamos ante un problema de fobia social cuando el menor no puede controlar su miedo e ir enfrentándose a las situaciones que evolutivamente le corresponde vivir. En niños pequeños puede manifestarse a través de llanto, berrinches o incluso mutismo, mientras en los más mayores a través de miedo a relacionarse fuera del entorno familiar, negarse a participar en juegos, leer o escribir en público, a intervenir en clase… Estos síntomas tienen consecuencias para su desarrollo y adaptación, pudiendo afectar desde el ámbito de las relaciones sociales hasta el escolar, o generarla aparición de otros problemas de ansiedad o del estado de ánimo. El tratamiento que mayor evidencia ha recogido es la terapia cognitivo-conductual. Tanto estudios metaanalíticos que a su vez analizan numerosos estudios originales, como las guías clínicas del prestigioso NationalHealthService (NHS) británico recogen la evidencia sobre la eficacia del tratamiento.

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22665997
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0272735805001005

TRATAMIENTO:
En primer lugar es importante comprender el papel que juegan los propios pensamientos y creencias en su problema y como pueden repercutir en el procesamiento de la información que percibimos en el entorno, especialmente en la relaciones con los demás. Se aprende a detectarlos y trabajar con ellos para convertirlos en pensamientos más realistas y que puedan ayudarle a alcanzar sus objetivos, reduciendo la percepción de riesgo y aumentando la autoconfianza. También se enseñan técnicas para ayudar a manejar la ansiedad, y cuando la persona está preparada se empieza a trabajar gradualmente sobre las situaciones que generan temor. De este modo, el malestar se va reduciendo, lo que permite a la persona empezar a utilizar sus propios recursos de modo más eficiente , y aprender a manejarse mejor ante la complejidad de las relaciones sociales en base a la experiencia. En función del caso pueden resultar muy útiles también otros enfoques, como el familiar, base de las relaciones interpersonales, con gran potencial de ayuda. El enfoque psicodinámico, por su parte, favorece una comprensión más amplia y profunda de los procesos que están a la base del problema, permitiendo que se desbloqueen  así como de las emociones y formas de actuación que generan sufrimiento y perpetúan la situación. Así se puede dar lugar a construcciones más satisfactorias de la relación con uno mismo y con los demás. En niños el tratamiento cognitivo conductual sigue los mismos principios que en adultos, siempre adaptado a la etapa evolutiva, pudiendo incluir, por ejemplo, el uso de autoinstrucciones, relajación o técnicas de imaginación. La terapia familiar resulta especialmente útil en menores, ya que puede contribuir a mejorar la comunicación entre los miembros de la familia, la resolución de problemas y proporcionar a los padres estrategias para ayudar al niño en su proceso, favoreciendo su apertura y autonomía.