toc-titulo

El Trastorno obsesivo-compulsivo se manifiesta, en primer lugar, por obsesiones.

Las obsesiones son pensamientos  que vienen a nuestra mente de forma “intrusa”, sin que nosotros queramos, y cuyo contenido nos resulta desagradable, angustioso e incluso repugnante, por lo que luchamos contra ellas. Pueden aparecer como pensamientos (por ejemplo, dudas sobre haber provocado un accidente), imágenes (por ejemplo, de personas enfermas) o impulsos (hacer daño a alguien, o tener una relación sexual contraria a las propias preferencias)…Algunas resultan muy  molestas por chocar contra los principios y valores de la persona, otras más bien porque prevén consecuencias negativas y peligrosas, y se pierde mucho tiempo tratando de bloquearlas.

Cuando una persona tiene obsesiones, trata intensamente de librarse de ellas, de diversas maneras. Una de ellas son las compulsiones, que son actos repetitivos sujetos a ciertas reglas que pretenden reducir la ansiedad que provocan las obsesiones, y eliminarlas al menos momentáneamente (por ejemplo vestirse siguiendo determinados pasos, repitiendo cada uno por ejemplo 3 veces al derecho y 3 al revés, o cerrar los grifos y luces de la casa en una secuencia concreta, comprobando varias veces, y con una comprobación final…). También pueden hacerse comprobaciones y rituales internos, con la misma finalidad, como repetir interiormente una conversación para asegurarse de que no se ha dicho un improperio, o contar números hasta que sumen determinada cantidad para eliminar la obsesión de poder tener mala suerte. Otra forma habitual de tratar de mantener a raya las obsesiones es la evitación de situaciones que uno sabe que las puede provocar (por ejemplo, no tocar pomos y otros objetos de lugares públicos para evitar sentirse contaminado, guardar los cuchillos para impedir que aparezcan ideas de dañar a otras personas…). Por último, es también frecuente la reaseguración, que consiste en preguntar a otras personas sobre las propias dudas hasta quedarse tranquilo. En los niños, es habitual que éstos pidan a los padres que participen en sus rituales, y que el entorno se acomode en mayor o menor  medida a la situación, lo cual contribuye a mantener el problema.  Además, los síntomas influyen negativamente en las relaciones familiares, que son el sostén del niño, en un momento tan importante del desarrollo como es la infancia.

TRATAMIENTO:
El tratamiento validado científicamente para el TOC es la Terapia Cognitivo-conductual.

La comprensión del problema desde este planteamiento parte de la constatación de que todas las personas tenemos pensamientos intrusos ocasionales, y el punto clave para pasar de los pensamientos intrusos corrientes a las obsesiones es interpretarlas de manera problemática, en base a determinadas formas de pensar que tienen las personas que llegan a desarrollar obsesiones: estimar el peligro más probable de lo que es, responsabilidad excesiva, intolerancia a la incertidumbre, darles un significado personal negativo (las tengo porque en el fondo soy mala persona o me estoy volviendo loco..), creer que por pensarlo puede llegara  suceder o que es tan condenable moralmente pensara algo como hacerlo…

Las personas que tienen estas creencias, cuando tengan pensamientos intrusos normales (que tienen contenidos iguales a los obsesivos), que son habituales en épocas de estrés, no pensarán: que ocurrencia he tenido, que nerviosa estoy o… que desagradable, pero no tiene importancia… sino que pensarán por ejemplo: si se me ha ocurrido esto será que en el fondo quiero hacerlo o si me he dejado la puerta abierta seguro que entran a robar y será mi culpa y no puedo estar con la duda…

Con estas interpretaciones catastrofistas de las obsesiones, la ansiedad asociada se intensifica mucho, y la persona necesita hacer algo para eliminarlas, por lo que empieza a utilizar estrategias que los aparten, como rituales externos e internos, reaseguración con otras personas, evitación…

Entonces el problema va aumentando, porque aunque estas estrategias a cortoplazo alivian la ansiedad y apartan la obsesión, también producen un efecto rebote, que ha sido demostrado con claridad: Si una persona lucha para suprimir un pensamiento, éste luego viene más, sea el contenido mental que sea. Por eso, cuando se lucha contra las obsesiones se crea un círculo vicioso, porque esta estrategia se va a repetir debido a que alivia momentáneamente, pero también garantiza que la obsesión volverá…y como será de nuevo interpretada negativamente, y cada vez más angustiosamente, el problema tiende a crecer.

La terapia cognitivo-conductual, se inicia  ayudando  a comprender a fondo los mecanismos de inicio y mantenimiento del problema en cada persona.

En las primeras etapas se abordan las creencias y formas de pensar problemáticas que llevan a interpretar las obsesiones angustiosamente, de modo que gradualmente  se reduzca la ansiedad asociada. Esto permitirá que en un segundo momento, se vaya trabajando en reducir gradualmente los rituales y la evitación, hasta que puedan abandonarse, dejando de alimentarse de este modo el círculo vicioso. Lo esperable tras un tratamiento exitoso es tener pensamientos intrusos ocasionales de cualquier contenido, como la mayoría de personas, sin llegar a darles importancia ni hacer nada especial con ellos.

En el caso de los niños, además de adaptar las técnicas a su nivel de desarrollo evolutivo, es muy importante la implicación de la familia en el tratamiento. Tanto para ganar comprensión y competencia en el manejo de los síntomas, como para acompañar el proceso de mejoría optimizándolo, ya que su potencial de ayuda  a través de la relación es altísimo.

El tratamiento cognitivo-conductual, como se señalaba, es de primera elección para este trastorno. Su demostrada eficacia se asocia a respuestas terapéuticas amplias, como se concluye en los metaanálisis en este campo, y está recogida como la primera opción terapéutica por las guías clínicas nacionales (Sistema Nacional de Salud) e internacionales de referencia (NationalHealthSystem Británico).

http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0272735815000938
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0165178115000748
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0887618510000770

Por otra parte, es compatible con otras opciones que pueden resultar muy valiosas, como el abordaje familiar, debido a las múltiples implicaciones que en este ámbito puede tener el problema, y la influencia bidireccional del TOC  en el funcionamiento familiar, y viceversa. Así como con enfoques más profundos, orientados a conocerse mejor y desde el respeto por uno mismo, integrando la diversidad de aspectos y emociones propios, permitirse trabajar para ser más feliz.